La depreciación o apreciación del peso colombiano frente a otras monedas, influye en los diferentes indicadores externos de la economía nacional y su proceso es resultado principalmente del ciclo de cambios globales del dólar estadounidense, en medio del aumento de las tasas de interés de la divisa internacional y de la búsqueda de activos refugio frente a los temores de una recesión internacional en el corto o mediano plazo.
Devaluación actual del peso colombiano frente al dólar
El dólar como divisa internacional y referencia global
El dólar estadounidense es la divisa que sirve de referencia mundial para un sinfín de transacciones financieras, aunque los registros de su volatilidad a nivel mundial hacen que se sienta en los diferentes mercados del planeta. Pese a que se toma como referencia global, ya que los países que se consideran de bajo riesgo para la inversión debido a que sus políticas macroeconómicas se consideran estables y que ha marcado la economía internacional desde finales de la Segunda Guerra Mundial, aunque han surgido especulaciones que han sugerido que el dólar podría dejar de usarse como moneda de reserva, la volatilidad de la moneda norteamericana para varios analistas no sería un detonante en el corto o mediano plazo para que sea reemplazada en esa función.
Por tanto, los movimientos del dólar en Colombia se traducen en buenas, regulares y malas noticias para exportadores e importadores, nuevas perspectivas sobre la inversión extranjera, análisis sobre el futuro de las industrias extractivas y la transición a una economía de recursos naturales renovables y otras innumerables variables de estudio macro y microeconómico, que permitan mantener un adecuado balance en los compromisos fiscales del Estado, los empresarios y los particulares, más aún cuando estas obligaciones financieras se generan en dólares o dependen directamente o indirectamente de la fluctuación del dólar.
Contexto internacional del alza del dólar
En las últimas semanas han existido varias razones de carácter internacional que han incidido en el alza del dólar. Aunque las afectaciones económicas de la declaratoria de la pandemia del Covid-19 en 2020 han mitigado, lo cierto es que el mundo aún se está recuperando de sus efectos y el temor por un nuevo aumento de contagios y los confinamientos recientes dictados en China, que le apuntan a una política cero COVID, le han puesto trabas a la economía.
Por otro lado, la guerra en Ucrania le ha generado más valor al dólar, crisis de la que el Euro no ha salido bien librado en esa incertidumbre internacional, por cuenta de la preocupación de los inversionistas frente al suministro energético de Europa, que aún sigue dependiendo de los suministros rusos. Y finalmente, que el precio del dólar pueda seguir al alza, depende también de la expectativa por los anuncios de las nuevas tasas de interés de la Reserva Federal para poner freno a la inflación, así como la desaceleración económica que estos y otros factores puedan traerle a la economía global.
Devaluación de las monedas regionales
El hecho que el dólar esté subiendo frente al euro, ha afectado a toda América Latina, afectando principalmente los mercados de México, Brasil, Argentina, Chile y Perú. Sin embargo, el portal Forbes Colombia ha señalado que “el respeto por la institucionalidad, las leyes y la propiedad” le han permitido a Perú, México y Brasil tener “gobiernos de izquierda sin que se generen devaluaciones excesivas”, por lo que las caídas del poder de sus monedas frente al dólar han dependido más del panorama internacional que las políticas de sus presidentes, caso contrario al de países como Venezuela y Argentina, donde medidas extremas de los gobiernos de turno “sí han generado devaluaciones excesivas”.
Sin embargo, también hay que tener en cuenta que para mediados de abril de 2021, un informe presentado por el Banco Mundial sostiene que América Latina y el Caribe sufrió más daños a la salud y la economía a causa de la pandemia de Covid-19 que cualquier otra en el mundo, pero a medida que comienza a repuntar, se abre la oportunidad de llevar a cabo una transformación significativa en sectores clave y señala además que “los mercados de capital permanecieron abiertos para la mayoría de los países de la región”.
Efectos de la devaluación del peso colombiano
El artículo ‘¿Cómo afecta la depreciación del peso a algunos indicadores externos de la economía colombiana?’ del Banco de la República indica que en el caso específico de una depreciación (es decir, cuando comprar un dólar se hace más costoso), en la cuenta corriente se puede esperar una mejora en la balanza comercial debido a que “el valor importado puede disminuir, ya que el encarecimiento de los productos importados influye en las decisiones de compra de los consumidores nacionales” y, por otra parte, el valor exportado puede aumentar, porque “los exportadores reciben más pesos por cada dólar que venden en los mercados internacionales”, lo que hace más probable que incrementen las cantidades exportadas a los mercados internacionales.
Otros efectos analizados por el Emisor, son el de las inversiones directas y otros indicadores externos: en el primer caso, “cuando un extranjero realiza inversiones directas y de cartera en el país, debe convertir sus dólares en pesos”, por lo que ante una depreciación de la moneda, los pesos que tienen los extranjeros invertidos en Colombia “valen menos cuando se convierten a dólares”; en el segundo caso, al depreciarse el peso, dado que el PIB de Colombia se mide en la moneda local, el valor del PIB expresado en dólares es menor, claro está, manteniendo todo lo demás constante, por lo que esta depreciación presiona para que “se incrementen los indicadores externos que se expresan como porcentaje del PIB”.
Por otro lado, desde 1986 la revista internacional The Economist realiza el denominado índice Big Mac, que brinda “una idea de qué tan devaluada se encuentra una divisa tomando como base el precio de la hamburguesa de McDonald’s en dólares estadounidenses”, para saber si las monedas “están en su nivel correcto”. El índice se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA), para que, a largo plazo los tipos de cambio sean lo mayormente equivalentes. Según este índice, el peso colombiano está devaluado en el orden del 32,4% frente al dólar (medido en el rango del año 2000 al 2022).
Infografía: Índice Big Mac. Fuente: The Economist. |
En otro aspecto, el informe semanal del 11 de julio de 2022 de la entidad de asesoría financiera del consorcio empresarial del Grupo Aval, Corficolombiana ha señalado que las variaciones en la tasa de cambio en Colombia es resultado principalmente del ciclo de fluctuación global del dólar estadounidense, en medio del aumento de tasas de interés en ese país y de la búsqueda de activos refugio ante los temores de una recesión global en los próximos meses, señalando que “la devaluación del peso colombiano desde comienzos de 2021 asciende a 27% y supera la de la mayoría de las principales divisas latinoamericanas, evidenciando la mayor vulnerabilidad relativa de Colombia por sus amplios déficits en las cuentas fiscales y externas”.
El informe sostiene además que “una devaluación más profunda afectaría las importaciones y motivaría una desaceleración de la economía colombiana, mientras que las exportaciones no petroleras reaccionarían con mayor rezago, evitando un ajuste rápido del déficit en Cuenta Corriente”, por lo que esta entidad ha advertido que, de continuar la caída del peso frente al dólar, se podrían afectar los compromisos de deuda que tiene Colombia.
Incidencia del gobierno en la devaluación del peso
Alza del dólar: empresariado y gobierno colombiano
Un elemento primordial a tener en cuenta en la discusión sobre el papel del gobierno en la economía y la actuación del Banco Central es que la Constitución Política establece que la función primordial del Emisor es “velar por el mantenimiento de la capacidad adquisitiva de la moneda” y la Carta Política le ordena “la coordinación de la política económica general”, en tanto que la ley 31 de 1992 dispone que “en caso de desacuerdo entre el gobierno nacional y el Emisor, prevalecerá “la decisión que más favorezca al control, de la inflación”.
Hace una década en Colombia el dólar equivalía alrededor de los 2.000 pesos colombianos y hoy esa cifra se ha duplicado, debido a factores como el aumento en las tasas de interés del Banco de la República y las variaciones que se han ocasionado producto de las variaciones de los precios del petróleo, que sumado a las especulaciones de cambios de gobierno, tienen serios efectos en la devaluación del peso, haciendo que el alza del dólar le imponga mayor presión a la inflación y se generen afectaciones sobre las exportaciones e importaciones del país.
En este sentido, analistas han argumentado que se deben generar certezas que propendan por la estabilidad jurídica de largo plazo para la inversión. Forbes Colombia ha señalado que “en Colombia, además de la incertidumbre electoral, hay otras dos razones que pueden explicar la salida de capitales”, que son la alta rentabilidad que se ha visto en inversiones en países desarrollados como Estados Unidos y la menor participación que ha tenido la inversión en el crecimiento del PIB colombiano, que podría derivarse de la primera causa.
En este sentido, José Antonio Ocampo, designado ministro de Hacienda para gobierno Petro ha argumentado que no ve una relación de la fluctuación del dólar con una posible fuga de capitales. Tras señalar que este tema se deberá analizar en conjunto con el Banco de la República y advertir unas “no tan buenas expectativas con proyección al crecimiento económico del país durante el segundo semestre de 2022” por los impactos de la inflación, Ocampo sostuvo que “el aumento en la tasa de cambio tiene su origen en factores internacionales”.
José Antonio Ocampo, designado ministro de Hacienda. |
Sin embargo, la publicación de Forbes sostiene que “estamos en una coyuntura internacional que puede llegar a ser muy favorable para Colombia”, que puede hacer que el electo presidente Petro “logre generar el cambio que prometió”, haciendo que su mandato termine “con la popularidad con la que Lula terminó su primer periodo”, aunque para esto se hace necesario generar confianza y atraer inversión privada, por lo que evidentemente el mayor reto del inicio de su presidencia será ajustar el rumbo fiscal de Colombia.
Alternativas de equilibrio entre las monedas
Inversión extranjera, aumento de exportaciones y equilibrio con el dólar
Luis Carlos Reyes, designado director de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales – DIAN del gobierno Petro ha expresado que no se pueden establecer conexiones claras sobre el precio del dólar a futuro, porque en esa medida “cualquiera podría volverse millonario en el corto o mediano plazo” y nadie puede asegurar dichas fluctuaciones de la divisa, ya que “nadie tiene una bolita de cristal” para asegurar los precios del dólar, aunque argumentó que analizará, en conjunto con el Banco de la República, los efectos de la depreciación del peso colombiano frente a la moneda de referencia, para mitigar las preocupaciones del sector empresarial.
Luis Carlos Reyes, director designado de la DIAN. |
Es de señalar que sobre las perspectivas del crecimiento económico en Colombia, a mediados de abril de 2021, el citado informe del Banco Mundial indicó que “en términos generales, la economía colombiana tiene un manejo fiscal y macroeconómico prudente”, pero aunque ha reducido la pobreza y mantenido sus perspectivas de crecimiento “está en deuda frente a la mitigación de brechas sociales y de competencias básicas de su población, ancladas además a una baja diversificación de sus exportaciones”, aspectos que aunados al bajo crecimiento de la productividad podrían ser un obstáculo para el crecimiento económico.
Entonces, los retos del gobierno nacional en cabeza del Ministerio de Hacienda y la DIAN, en conjunto con el Banco de la República, serán los de generar estrategias de confianza inversionista, aumentar en la calificación financiera internacional de Colombia, aumentar el recaudo tributario sin afectar a las poblaciones menos favorecidas ni de forma excesiva al aparato productivo nacional, sanear las finanzas nacionales y otros tantos que podrían generar mejores perspectivas de crecimiento económico para todos los sectores del país.
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