Uno de los más controversiales y álgidos debates en la arena política nacional ha sido el papel que deberían desempeñar los medios de comunicación y su bandera de la libertad de prensa frente a los gobiernos del mundo, tema que evidentemente no es ajeno al caso colombiano, que se ha visto claramente dividido por las posturas políticas y la parcialidad en la imposición de debates estructurales sobre la realidad nacional, en la que los medios de comunicación, cuyo papel debería ser el de informador y crítico sobre la materialización de los eventos y no como actor per sé de estas situaciones.
Debate
Estratégico Siglo XXI: La Primera Revista Especializada en Asuntos Públicos y
Corporativos de Colombia.
Libertad de prensa de los medios de comunicación
Medios de comunicación y gobiernos de turno
En una sociedad como la colombiana, en la que si bien es cierto que su Carta Política ha sido destacada como una de las más vanguardistas del mundo y considerada por diversos especialistas como una de las más completas, avanzadas y adelantadas de Latinoamérica, ha sido una de las más golpeadas por fenómenos como la violencia política y criminal y la desigualdad socioeconómica, por lo que se hace único y trascendental el papel que debemos intentar cumplir los medios de comunicación masivos y alternativos, con el fin de propender por una sociedad de respeto de la dignidad humana y los derechos fundamentales a la vida y la paz, siendo referentes de formación de cultura política y social.
En ese sentido, este artículo de la Revista Debate Estratégico Siglo XXI ‘Asuntos & Corporativos’, que podría ser señalado por varios lectores como una columna de opinión del Director del medio, intenta generar conciencia sobre el más que importante rol de los medios de comunicación del país en la generación de agenda y opinión pública, que a la postre se materializarán en debates y discusiones de orden normativo y legislativo y que, sin duda, incidirán en cómo actuamos como sociedad y qué relación tenemos con los legítimos gobiernos establecidos y el rumbo que le queremos dar a nuestro país.
Derecho a la libertad
de prensa
Mediante el artículo 20, la Constitución Política de 1991 garantiza a toda persona en el territorio nacional la libertad “de expresar y difundir su pensamiento y opiniones, la de informar y recibir información veraz e imparcial, y la de fundar medios masivos de comunicación” y resalta que los medios de comunicación son libres, aunque les asigna un rol de “responsabilidad social”, en el marco de la garantía del derecho a la rectificación “en condiciones de equidad” y aclarando tajante y convincentemente que “no habrá censura”.
En esa misma línea, la Corte Constitucional colombiana mediante la sentencia T-391 de 2007 ha señalado que la libertad de información le “impone al Estado obligaciones de respeto, garantía, protección y promoción, en particular cuando su ejercicio se efectúa a través de los medios masivos de comunicación y se apareja, por lo tanto, con la libertad de prensa”, señalándole al Estado obligaciones que trascienden al, incluso, revelar “aspectos negativos del propio Estado o la sociedad”.
En esa línea, la libertad de fundar medios masivos de comunicación y la libertad del desarrollo propio de esos medios para funcionar “sin interferencias indebidas”, debe darse en un marco para que su cumplimiento de funciones se genere a línea con el deber de acatar las demás normas constitucionales y regulatorias dentro de la sociedad democrática colombiana, en el que la libertad de expresión sea armónica con las diversas soluciones que deben darse frente a otros “intereses y derechos constitucionales en juego”.
Aunado a lo anterior, el Alto Tribunal Constitucional ha expresado que cuando existan personas que se encuentren “en un claro estado de indefensión con respecto a los medios de información o comunicación” frente a circunstancias fácticas o jurídicas de dependencia, vulnerabilidad o exposición, “el particular queda habilitado para demandar la protección de sus derechos a través de la tutela”. Así, la sentencia SU-274 de 2019 también ha expresado que en las relaciones sociales en las que se “ostentan posiciones de supremacía o predominio, implicando una desigualdad”, se considera que “los medios de comunicación masiva son un poder”, que aunque sustraído del concepto tradicional del Poder Público “entra en el juego de los equilibrios, pesos y contrapesos de una sociedad”.
Indagación preliminar de los medios de comunicación
Pese a la existencia de las normas internacionales y de derecho vigentes en Colombia, que protegen los derechos de la libertad de prensa, la Corte Interamericana de Derechos Humanos – CIDH recibe constantemente información y denuncias sobre agresiones y actos graves de violencia que se presume se cometen contra periodistas, defensores de derechos humanos y miembros de organizaciones sociales, lo que equivaldría a actos de represalia por el “ejercicio del derecho a la libertad de pensamiento y expresión”.
Si bien no se intenta justificar en lo absoluto, ni jamás se deberían justificar este tipo de agresiones, lo cierto es que existen contados casos en los que la provocación y los intentos de desinformación de medios de comunicación sensacionalistas pueden incidir en actos ilegítimos y reprochables, que terminan en hechos lamentables de agresión hacia periodistas y medios de comunicación, los cuales deben contar con una documentación lo más completa y cercana a la verdad posible, con la intención de resarcir a las víctimas y generar mecanismos para su no repetición.
Para el reciente contexto nacional, titulares, afirmaciones, conjeturas sin hipótesis bien fundamentadas y datos han derivado incluso en protestas ciudadanas contra algunos medios de comunicación que, bajo el pretexto de la libertad constitucional de prensa y la no censura se han intentado defender, llevando incluso casos a los estrados judiciales y hechos de violencia ciudadana, generando “bolas de nieve”, que no hacen más que resultar en más hechos de agresiones entre distintos bandos, lo que afecta la sana convivencia que como una sociedad moderna y vanguardista del siglo XXI deberíamos tener.
El escritor y periodista Juan Gossaín ha sido crítico en una entrevista concedida a un medio radial alternativo en el marco de las recientes elecciones presidenciales en nuestro país, destacando que en sus más de 40 años de trayectoria profesional, “jamás había visto una más penosa manipulación de la prensa”, refiriéndose a ambos sentidos, en el que las campañas políticas y los medios de comunicación generaron, en algunos casos, hechos de “complicidad”, en el que, argumenta, “en la que todo el mundo intenta utilizarse para sus propios intereses”, afectando la opinión pública, inquietándole no lo que se publica sino “el cómo se publica” y cómo esto incide en la sociedad civil.
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| Juan Gossaín, escritor y periodista. |
Son precisamente estos factores, aunados a la inmediatez de la noticia, el boom de las redes sociales y las ‘fake news’, las que están generando un veloz declive de los medios de comunicación, particularmente en Colombia, haciendo que hechos lamentables para la prensa nacional como el expresado por la organización Reporteros Sin Fronteras en 2020, en el que clasificó a nuestro país en el lugar 134 de 180 en su índice de libertad de prensa, no tengan el suficiente eco y sean calificados como “recurrentes” y hasta “necesarios”.
La triangulación de fuentes y generación de información imparcial, que propenda por la objetividad, el análisis de hechos, circunstancias y oportunidades sociales que promuevan la prosperidad general y los derechos ciudadanos, en el marco armónico para una convivencia pacífica, deberían ser el día a día de los periodistas y medios de comunicación. Claro, no se trata de evadir los temas cruciales de la nación, sino de tener presente su responsabilidad social y el papel de formadores de opinión, informando con imparcialidad y poniendo ‘su grano de arena’ frente al análisis detallado de los hechos, mas no en el papel de juzgar o defender, que por naturaleza le corresponde a abogados, jueces y fiscales.
Papel de la prensa frente a los gobiernos de turno
Labor de informadores sobre los hechos gubernamentales
Aunque es claro que en ese marco de la libertad de prensa y la prohibición de la censura, cada uno de los medios de comunicación masivos o alternativos tienen el derecho de construir su propia línea editorial, en el marco constitucional señalado, los medios de comunicación tenemos una enorme responsabilidad social de procurar objetividad, generar información basada en hechos y pruebas sólidas y contundentes y construir opinión pública desde argumentos y razones basadas en la administración pública, en pro de los principios constitucionales del respeto a la vida y a la paz para una armónica sociedad civil, como se ha insistido desde la construcción del debate sobre el papel de los medios de comunicación.
Es claro en ese sentido que la prensa, sea escrita, radial, televisiva o digital debe ser crítica y analítica, pero su rol también debe ser imparcial y propender por la objetividad, buscando la generación de tejido social, la construcción una opinión pública informada, la búsqueda constante de la dignidad humana, asegurando la vida, la convivencia y la libertad y generando de espacios de consolidación de paz.
¿Cambios en el rol crítico frente al gobierno?
En Colombia existían dos proyectos en línea claramente opuesta sobre el ejercicio de la libertad de prensa y la prohibición de la censura de los medios de comunicación frente a acciones de acoso judicial contra los comunicadores y el cuestionamiento de las acciones de los funcionarios públicos. Estas dos iniciativas legislativas generaron en su momento adeptos y contradictores y prometen seguir siendo parte del debate público nacional.
Por una parte, el proyecto de ley 341 de 2020 Senado – 369 de 2021 Cámara “Por medio del cual se adoptan medidas en materia de transparencia, prevención y lucha contra la corrupción y otras disposiciones”, de iniciativa gubernamental y que tuvo como ponentes al senador Germán Varón Cotrino y al representante a la Cámara César Augusto Lorduy, respectivamente, y que finalmente se convirtió en la ley 2195 de 2022, precisaba una adición al Código Penal que generó una fuerte controversia por intentar castigar con cárcel y multas “a quienes incurran en injuria y calumnia contra funcionarios o exfuncionarios públicos”, artículo que, según expertos y analistas, amenazaba la libertad de prensa en Colombia y que resultó archivado del texto final de la ley.
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| César Augusto Lorduy, representante a la Cámara. |
De otro lado, a raíz de hechos en los que se presume y otros probados por los organismos encargados que periodistas y comunicadores en Colombia han sido asediados, fue radicado el proyecto de ley 090 de 2021 Senado “Por el cual se introducen disposiciones Anti-SLAPP en el ordenamiento jurídico colombiano y se modifica el Código General del Proceso y la ley 906 de 2004, con el fin de erradicar el acoso judicial o litigioso dirigido a cercenar los derechos a la libertad de expresión, información y asociación”.
La iniciativa legislativa liderada por el exsenador Rodrigo Lara Restrepo, sobre el Anti-SLAPP (es decir, en contraposición al Litigio Estratégico Contra la Participación Pública o ‘Strategic Lawsuit Against Public Participation’, por su definición en inglés), estaría encaminada a evitar la censura. Según Lara Restrepo, con las tutelas durante décadas han intentado que periodistas no saquen a la luz pública sus investigaciones o denuncias, por lo que de aprobarse la iniciativa, tendrán mayores garantías para ejercer sus oficios.
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| Rodrigo Lara Restrepo, exsenador de la República. |
Con este proyecto, se introducirían disposiciones Anti-SLAPP en el ordenamiento jurídico colombiano y se modificarían los códigos General del Proceso y de Procedimiento Penal, “con el fin de erradicar el acoso judicial o litigioso dirigido a cercenar los derechos a la libertad de expresión, información y asociación”, expresa el texto. Lara ha señalado que “cuando se calla a un periodista, también se coarta a la sociedad en su derecho a informarse de manera veraz e imparcial”, lo cual según su opinión, vulnera la democracia.
Libertad de prensa y nuevo gobierno en Colombia
¿Habrá libertad de prensa en el gobierno Petro?
De cumplir sus compromisos pactados con los medios de comunicación, el gobierno del electo presidente colombiano Gustavo Petro fortalecerá el rol de los medios de comunicación con tres ejes centrales, repartiendo el presupuesto que se dedica a las campañas publicitarias en los medios de comunicación tradicionales, el canal público y la prensa alternativa, dando además un parte de tranquilidad a medios masivos como Caracol, RCN y Semana, a los que les prometió “no cerrar medios de comunicación”.
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| Gustavo Petro, presidente electo de Colombia. |
De ser así y cumpliendo su premisa en la que argumentó que “entre más medios de comunicación social existan, entre más diálogo se pueda implementar al interior de la sociedad, más paz podemos construir”, la reciprocidad de la sociedad civil, los medios de comunicación y el gobierno, como una triada que genere el avance en las políticas económicas y sociales con el control necesario pero respetuoso, sin la complicidad ni tampoco la crítica destructiva, generará un avance hacia la consolidación de una nación más justa y que tienda a la prosperidad y la sana convivencia en todo el territorio nacional.
Papel de unificadores: Medios constructores de paz y tejido social
Campañas de desinformación, ‘fake news’, reescritura de afirmaciones, calumnias e injurias, fueron parte de lo que se vivió en la reciente elección presidencial y que son una muestra de lo que no debería permitirse por parte de la sociedad frente al papel que, como se ha insistido, debe ser de responsabilidad social desde los medios de comunicación, que son, a la final, quienes transmiten las ideas de los postulados (en el caso de las campañas políticas) para el público en general y que sea este en últimas, el que bien informado y con criterio propio, el que tome la mejor decisión, según sus intereses ciudadanos particulares, su postura política e ideológica, condición socioeconómica y demás factores que le sean propicios y le convenzan, en el marco de la mayor neutralidad posible de factores exógenos.
Es por esta razón que, a la industria del periodismo se le acuñó en Francia, para la posguerra del Golfo el término de periodismo vedette, en la que el “periodismo-espectáculo enturbia la diferencia entre informador y publicista”, por lo que hoy la prensa está perdiendo la confianza que la opinión pública tenía sobre esta magistral profesión, al criticársele principalmente “por exigir cada vez más derechos sin admitir que se les interpele sobre sus deberes”, en los que existen “los peligros particularmente manifiestos de la connivencia y la instrumentalización periodística”.
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| Nelson Enrique Moreno, Director Fundador de la Revista Debate Estratégico Siglo XXI. |
Como medio de comunicación alternativo, de orientación a la información y análisis, desde la Revista Debate Estratégico Siglo XXI, la Primera Revista Especializada en Asuntos Públicos y Corporativos de Colombia, la reiteramos nuestro compromiso por intentar un enfoque editorial argumentativo y crítico, respetuoso con las diferentes ideologías, por lo que propendemos por un periodismo generador de información y constructor de opinión pública desde argumentos y razones basadas en la administración pública, difundiendo contenidos basados en los principios constitucionales, la dignidad humana y los derechos fundamentales a la vida y la paz, siendo un referente de cultura política y la primera Revista Especializada en Asuntos Públicos y Corporativos en Colombia.
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REVISTA DEBATE ESTRATÉGICO SIGLO
XXI
Asuntos Públicos &
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